2,5 millones por implantar una prótesis dental a una mujer alérgica

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Una mujer de 38 años será indemnizada con 2,5 millones de euros en concepto de responsabilidad civil profesional después de que se le haya condenado a su dentista por implantarle una prótesis de cromo-cobalto. La paciente informó “personal, directa y documentalmente” a la acusada de que padecía alergia a los metales.

Además del pago de la indemnización de 884.937 más los intereses desde 2007, cuando ocurrieron los hechos, la Justicia ha condenado a la facultativa a seis meses de prisión e inhabilitación por un delito de lesiones imprudentes. La pena es menor a la prevista, al aplicarle la atenuante de dilaciones indebidas.

Según la sentencia a la que ha tenido acceso el citado medio, la condenada era trabajadora de la misma clínica, franquicia de Vitaldent, en la que recibió el tratamiento. Fue allí donde acudió el 19 de septiembre del 2007 con la intención de solucionar sus problemas bucales.

La mujer, según el tribunal, informó a la acusada de que padecía alergia a los metales. A pesar de ello, la dentista, sin ofrecerle alternativas, decidió realizarle un tratamiento con prótesis de cromo-cobalto. La condenada, “omitiendo de forma absoluta” dicha información y “con omisión de la mínima diligencia académica y profesional”, no realizó ninguna prueba que permitiera conocer los productos o metales que podía utilizar “para personalizar y adecuar la intervención a la salud de la paciente”. De ahí que procediera a la extracción y reconstrucción de piezas dentales, para, posteriormente, colocar fundas compuestas por cromo y cobalto.

La afectada se declaró ante el juez como “muerta en vida” por las lesiones que le provocó la doctora. La afectada “ha tenido que renunciar a ser mujer puesto que no puede mantener relaciones sexuales con su marido, no puede ser madre y depende en todos los actos de su vida de otras personas, consecuencia de una gran invalidez”, dice la sentencia.

“La afectada ha desarrollado un síndrome químico múltiple: ahora es alérgica a los perfumes, al metal, a determinado mobiliario, un enorme abanico de alimentos, al sol… Apenas puede salir a la calle”, ha denunciado su abogado. La sentencia es firme, y contra ella ya no cabe recurso.

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