Beneficios de una dieta equilibrada en nuestros pacientes

Una dieta equilibrada es vital para conseguir una buena salud. Una de las misiones más importantes que tenéis los médicos es concienciar a los pacientes de esto. Por ello, en este post os traemos posibles alimentos y los beneficios que reportarán a la dieta de vuestros pacientes. 

Una dieta equilibrada proporcionará una mayor esperanza de vida, así como vivir años de calidad. Todo ello gracias al apoyo a los músculos, el fortalecimiento de los huesos y la mejora de la inmunidad del organismo que una dieta adecuada proporcionará al paciente. Otros beneficios de una dieta completa son:  

• Reducir el riesgo de las enfermedades del corazón, la diabetes tipo 2 y algunos cánceres 
• Aumentar la probabilidad de tener un embarazo saludable. 

• Mejorar el funcionamiento del sistema digestivo.  
• Lograr un peso estable y saludable. 

Dentro de las recomendaciones a los pacientes, se considera una cifra ideal ingerir 40 calorías por kilogramo de peso y día. Así, una persona que pesara 70 kilos debería ingerir unas 2.800 calorías diarias. Dentro de esta cantidad: 

• Las proteínas no deben suponer menos del 15% del total. 
• Los glúcidos representarán entre el 50 y 60 por ciento de las calorías diarias. 

• Los lípidos no superarán el 30%. 
• Por último, la ingesta de fibra vegetal deberá ser, al menos, de 22 gramos al día, lo cual representa un 3% del total de calorías diarias. 

Alimentos para llevar una dieta equilibrada 

• Pimiento rojo 

Es el alimento de la Vitamina C por excelencia, pese a no llevarse el reconocimiento como tal, que sí tienen otros productos (mandarinas o naranjas). Otra buena elección sería el kiwi. Ambos productos cuentan con importantes cantidades de Vitamina C. Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid y el Hospital Universitario La Paz, las personas mayores de 75 años con una suplementación de 500 miligramos de Vitamina C al día durante tres meses verán rejuvenecido su sistema inmunológico.  

• Zanahoria 

La Vitamina A es vital para la formación de los glóbulos rojos, así como el correcto metabolismo del hierro. Además, ayuda al mantenimiento de la piel y las mucosas necesarias para el cuerpo. Las zanahorias, principalmente, y otras verduras y hortalizas de color naranja son una rica fuente de esta Vitamina A. No obstante, otros alimentos como el melón, mango o el hígado son buenas opciones para ingerir esta vitamina.  

• Brócoli 

Considerado uno de los mejores sustentos alimenticios, el brócoli es una gran fuente de Vitamina A, Vitamina B y Vitamina C. Una de las ventajas del brócoli es su composición de Vitamina B12, presentes en alimentos de origen animal. Por ello, es un buen alimento para los vegetarianos, que se ven obligados a suplementar esta vitamina. 

• Judías blancas 

La Universidad de Keio-Tokio (Japón) ha concluido en un estudio que el consumo de suplementos de Vitamina E puede llegar a ser perjudicial para el correcto mantenimiento de los huesos. Por ello, las legumbres son una buena fuente para la ingesta de este tipo de vitamina. Entre ellas, las judías blancas son las que ofrecen un mayor aporte vitamínico. 

Sin embargo, la Vitamina E es liposoluble. De modo que nuestro cuerpo no la expulsa a través de la orina. Así, una ingesta en exceso de la Vitamina E también podría ser contraproducente para la salud de nuestros pacientes.  

• Huevos 

Los huevos son uno de los alimentos más completos para la dieta. Es rico en las vitaminas A, D, E y K, así como un alto valor proteico y ácidos grasos omega-3. Asimismo, este rico alimento sirve como fuente de minerales como fósforo, selenio, hierro y zinc.  

Todos estos alimentos deberían estar presentes en la dieta de nuestros pacientes. De esta forma, les ayudaremos a mantener una dieta lo más completa posible. Por último, hay que destacar la importancia del consumo de aceite de oliva virgen extra, fundamental para metabolizar correctamente el calcio. Porque nuestro objetivo es preservar la vida de nuestros pacientes, así como lograr la mejor calidad durante estos años en cada etapa vital.