En este caso un médico recibió una reclamación por valor de 30.000 € de una paciente que criticaba a su médico que le hubiera quitado un bulto diferente al que ella quería que le fuera extirpado.
La demandante ejercitó una acción de responsabilidad civil extracontractual alegando negligencia médica por parte del doctor que le extrajo un basiloma en la intervención que estaba programada. La reclamante alegaba en su argumentación que hubo un error pues entiende que lo que se le debería de haber extirpado era un epitelomia.
Por la defensa del doctor, llevada por el despacho DS Legal Group, se defendió no solo que la pericia del médico había sido intachable sino que en el caso en cuestión se había actuado conforme a los protocolos médicos: se había extirpado la lesión de cuello más sospechosa y no existía ninguna relación causal entre los hechos ocurridos y el daño que reclamaba la paciente.
Tras las pruebas practicadas en el juicio los peritos presentados por la defensa, una dermatóloga y una valoradora del daño, el juez llega a la conclusión de que no existe posibilidad de hacer responder civilmente al doctor de las actuaciones por las que reclama la demandante.
Quedó probado por la defensa que el doctor actuó sobre una de las lesiones que la paciente presentaba en el cuello y que habían sido diagnosticadas por otros profesionales semanas anteriores. Además la lesión extirpada era susceptible de ser extirpada ya que su evolución podía ser perjudicial para la salud de la reclamante. También se demostró que durante la operación fue la lesión señalada por la propia paciente para su extirpación y que no se generó ningún daño a la paciente como consecuencia de la intervención.
Por todo estos hechos se absolvió al doctor demandado al entender que había cumplido con las lex artis ad hoc y no se habían incumplido con los protocolos médicos para este tipo de intervenciones.
1 comentario
29 de octubre de 2013 13:51
Me parece estupendo. Pero al final, como siempre, ¿el paciente se va de rositas? Arrastramos a un Juzgado a un profesional que intenta ceñirse a los más altos estándares de su profesión, y basta que a cualquiera se le ocurra pensar en una reclamación como fuente de ingresos fáciles que ya la maquinaria judicial arranca. Y va a ser el médico él que tenga que demonstrar que ha actuado bien, en lugar de que sea el paciente él que demuestre que efectivamente ha sido perjudicado de alguna manera. ¿Nos podemos imaginar la misma actitud en cada aspecto de la vida diaria? Denuncia al camarero por quemaduras debido a un café demasiado caliente, demanda al gimnasio por resbalarme y caerme al suelo sobre el suelo mojado al salir de la ducha…
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