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Examen MIR: entre sus sueños y el miedo

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El número de valientes estudiantes al MIR sigue, un año más, en la frontera entre sus sueños y el miedo. Para la primera convocatoria del 2022 continúa otro año de incertidumbre.  Se han perdido en torno a 1.400 aspirantes, en comparación con el pasado año, según los listados publicados por el Ministerio de Sanidad. Por ello, se enfrentarán a las cuatro horas y media de examen un total de 13.059 médicos admitidos.

La Covid-19 se ha colado en el examen MIR

Sumando a todos los problemas que se pueden ir desarrollando, el Covid-19 no iba a quedarse a un lado. Nuestros futuros especialistas médicos llevan estudiando día y noche, formándose, aprendiendo, viviendo momentos mejores y peores, trabajando y compaginando sus actividades profesionales con su obligación. Y por si fuera poco, el torrente de complicaciones ha seguido aumentando. Muchos de ellos han tenido que lidiar y capear los contagios por coronavirus. En muchos casos se han enfrentado, por voluntad propia, a un confinamiento por miedo a que su gran día se viera interrumpido por una gran mancha de tinta negra. Y, además, han tenido que prescindir de la compañía y apoyo afectivo de sus familiares y amigos por miedo al contagio.

En línea con esta situación, aflora el miedo ante la inexistencia de un ‘plan B’ por parte de las autoridades, ante la falta de alternativas ofrecidas por casos positivos en Covid-19. Ya que, según las indicaciones poco flexibles y comprensivas de las instituciones, no estará permitido el acceso a las Facultades de examen a los aspirantes que presenten sintomatologías del virus; personas diagnosticadas con coronavirus que no hayan finalizado su cuarentena; ni aquellas que se encuentren aisladas por haber mantenido un contacto estrecho con un positivo.  

Las declaraciones de muchos de ellos comparten la idea de que no merece la pena presentarse así, enfrentarse a un momento decisivo en el que toda la actividad practicada ha sido en torno al virus. En el que muchas patologías y enfermedades han dejado de tratarse en la Atención Primaria por la saturación de los centros hospitalarios. Sumado a las incorrectas e insuficientes condiciones de trabajo que viven en primera línea, en la que las guardias, horas extras y responsabilidades aumentan por momentos.  

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Más factores que influyen en el examen MIR

Además de la reducción de participantes en las pruebas MIR, aumentan los problemas en la salud mental en los profesionales de la salud, se reduce la inversión en Sanidad, se prevé sequía en profesionales para la atención primaria en centros de salud públicos de ciudades tan importantes como Madrid…

Esta situación no solo está afectando a los MIR, sino también a sus tutores. La situación hospitalaria provoca que muchos sean derivados a diversos departamentos, su volumen de trabajo ha aumentado provocando que pudieran prestarles menos atención o simplemente han estado de baja por contagio.

Bien es cierto que el fin del MIR es un factor laboral. Sin embargo, cuenta con las bases de una etapa formativa que, en este caso, lleva varias convocatorias a la deriva y reducida de importancia por los Gobiernos. Ya que se deberían tomar medidas, decisiones que nadie debería criticar porque se trata de compensar la balanza, por una vez, a su favor. Porque como dijo A. Schopenhauer: “La salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás es nada.”

Debemos reflexionar

¿Cómo va a querer un estudiante vocacional optar por una plaza en un puesto con malos sueldos, mucha carga de trabajo y ni un atisbo de mejora? Es entendible la fuga de talento vivida desde el comienzo de las crisis del nuevo milenio. Por ello, lo que se critica es la falta de estrategia para potenciar algo beneficioso para toda la sociedad y el cambio hacia un sector que ha dejado de liderar investigaciones y proyectos a nivel mundial, como ha sido históricamente. Ha quedado constatado que nadie podía prever la pandemia, pero también cierta ineficacia en la reacción posterior por parte de los que tienen que poner remedio a las carencias sociales.

El orgullo, la satisfacción de su trabajo y de su compromiso con el MIR, son algunos de los ingredientes que deben cultivarse y valorarse por parte de la sociedad. Son el futuro, son nuestro futuro. Y no deberían ser éticas, ni aceptables, las condiciones en las que muchos de ellos se encuentran. Sobre todo, porque éstos son algunos de los tantos motivos por los que las cifras de estudiantes presentados al MIR se ven reducidas convocatoria tras convocatoria. Sus sueños se ven enfrentados con sus miedos, en un terreno en el que la comprensión carece de presencia. 

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