Tipos de inteligencia emocional

La inteligencia emocional, su importancia y cómo entrenarla

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La inteligencia emocional se entiende como la capacidad de reconocer los propios sentimientos y los  de los demás para poder motivarlos y ser capaz de manejar apropiadamente, tanto las emociones como las relaciones interpersonales.

En el caso del sector sanitario, una buena inteligencia emocional te ayudará a gestionar mejor a los pacientes. Aunque sea una característica genética con cierta influencia por la educación recibida, es posible entrenarla y mejorarla.

En el sector sanitario, la inteligencia emocional cobra mucha importancia. No sólo para las relaciones interpersonales entre compañeros de trabajo o con el trato a los pacientes, sino a la hora de comunicar noticias a los familiares de estos últimos. Aún cobra más relevancia cuando se hace referencia a noticias negativas. Aumentar y controlar nuestra inteligencia emocional puede reducir el número de reclamaciones de los pacientes.

Tipos de inteligencia emocional

En la actualidad, cuatro tipos de inteligencia emocional han sido desarrolladas:

  • Modelo de Autorregulación emocional según Higgins: las personas prefieren algunos estados más que otros, y la autorregulación permite la ocurrencia de los estados preferidos sobre los demás. Igualmente, señala que el tipo de placer y de malestar que la gente experimenta depende del tipo de autorregulación que esté funcionando en un momento dado. Los tres principios básicos implicados en este modelo son: anticipación y memoria, referencia regulatoria (postura adoptada) y enfoque regulatorio (el fin deseado).
  • Modelo de procesos de la IE: se basa en la capacidad de las personas para modificar el curso de la generación de las emociones, lo que es lo mismo que la autorregulación emocional. Se puede resumir en los cinco puntos básicos: selección de la situación, modificación de la situación, atención, cambio cognitivo y modulación de la respuesta.
  • Modelo de honestidad emocional: ser honesto emocionalmente consiste en escuchar los sentimientos internos, los cuales a veces se intentan ocultar. En combinación con la intuición y la conciencia, hay que tenerlos presentes en todo momento con el fin de encontrar la mejor manera de actuar ante cada situación que se nos presente. Para lograr esto, se debe mantener un equilibrio entre lo que dicta nuestra parte emocional y lo que dicta el cerebro.
  • Modelo de origen de la IE: la genética y la educación pueden ser factores fundamentales para el desarrollo de la IE. Esta capacidad puede ser impulsada conscientemente, logrando resultados realmente sorprendentes y siendo este un importante factor que la diferencia de la inteligencia cognitiva.
inteligencia emocional 2

La búsqueda de la causa de los estados de ánimo es útil ya que debe estar dispuesta a cambiar la situación, salir de ella y mejorar. De igual forma, es importante aceptar las críticas de los demás, ya que son una manera de:

Lograr información sobre uno mismo.

  • Descubrir facetas a desarrollar.
  • Potenciar o evitar otras características.

Cómo entrenar tu inteligencia emocional

Como se ha mencionado previamente, a diferencia de la IC la inteligencia emocional es posible entrenarla. Para ello, se establecen los siguientes consejos:

  • En primer lugar, etiquetar las emociones propias, nombrarlas y saber qué nos ha hecho sentirnos así, siempre mientras desarrollamos la emoción y no a posteriori. Seguidamente, es importante saber aceptar tus emociones. Pese a la casi imposición social a ser positivos, emociones como la tristeza o el miedo son igualmente necesarias. Al fin y al cabo, todas tienen un porqué.  
  • Las emociones también deben ser expresadas. Así, esto siempre debe ser hecho de forma que expliques y argumentes el por qué te sientes de una determinada manera, buscando una solución y sin acusar a nadie de tus sentimientos. Una forma para agilizar este proceso es mantener la calma. Ello te permitirá comprender mejor todas las situaciones.
  • De cara al trato con los demás, lo primero que se debe hacer es aceptar las emociones de ellos. Comprenderlos y analizar cómo aportarle tu ayuda. Asimismo, deberás mostrar empatía. Ellos recibirán tu comprensión y será más fácil conectar con las emociones y sentimientos.

En conclusión, según Goleman, existen cinco habilidades sobre las que desarrollar nuestra inteligencia emocional: conocimiento de nuestras emociones, capacidad de controlarlas, capacidad de automotivación, reconocer las emociones ajenas y saber manejar las relaciones. Si quieres profundizar más en éste y otros conceptos interesantes relacionados con tu profesión, la Fundación Uniteco ofrece cursos e, incluso, un Máster en Peritaje y Valoración del daño corporal junto con la Universidad de Alcalá. De hecho, este post se ha elaborado partiendo del contenido formativo perteneciente a una master class impartida en dicho Máster.

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