Las reclamaciones médicas: un lastre para la reputación de los profesionales de la salud

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Como ya comentamos anteriormente, en nuestro artículo “Las reclamaciones sitúan al médico en una posición más vulnerable que nunca”, los profesionales sanitarios cada vez están más expuestos a las reclamaciones de los pacientes. Esta nueva realidad puede tirar por la borda toda una vida de trabajo para hacer frente a las consecuencias de la denuncia.

Una reclamación no solo conlleva consecuencias profesionales, sino que también puede poner en jaque su vida familiar. En caso de que la reclamación prospere, el médico se va a enfrentar a una situación muy delicada, que puede derivar en la inhabilitación del médico o en el pago de una cuantiosa indemnización, lo que trastocaría duramente su vida personal y la de sus familiares.

Además de ello, puede suponer un ataque grave a la reputación del profesional médico, independientemente de que la reclamación progrese o no. En muchas ocasiones, la desinformación y la ignorancia son tan peligrosas como la propia reclamación. Si la relación médico paciente ya resulta adulterada y fría, con una mala reputación el riesgo de sufrir reclamaciones aumenta exponencialmente. En este sentido, puede provocar un efecto llamada para otros pacientes ansiosos de recibir cuantiosas indemnizaciones, sin importarles que se esté calumniando y vejando el nombre del médico. Unicamente siguen un interés económico.

Además, en un mundo globalizado donde las redes sociales son las ágoras actuales, cualquier persona puede opinar sobre cualquier tema sin tener ningún tipo de responsabilidad sobre las declaraciones emitidas, a pesar de que estas palabras quedan registradas prácticamente de manera eterna sean veraces o no. Por ello, es necesario disponer del derecho al olvido. En el caso de que se viertan falsos testimonios sobre un profesional médico, éste debe de tener la posibilidad de poder eliminar esos comentarios que lastran su reputación y, por consiguiente, la relación con sus pacientes, lo que le hace ser más vulnerable a recibir reclamaciones sanitarias.

Para ello, es necesario contar con la protección adecuada que permita al médico ejercer su profesión sin ningún tipo de preocupación que le desvíe de su labor, que no es otra que el bienestar de sus pacientes. Cada vez es más necesario que los profesionales cuenten con una formación jurídico sanitaria básica que les ayude en el desempeño diario de su labor. Por lo tanto, estén más seguros y tranquilos ante cualquier procedimiento reclamador por parte de los pacientes.

 En definitiva, para poder ejercer la profesión médica sin ningún tipo de preocupación es necesario contar con un seguro de responsabilidad civil que cubra todas las carencias legales que pueda presentar la labor diaria del médico y, en el peor de los casos, contar con una protección legal adecuada a nuestra situación, es decir, contar con abogados especializados en derecho sanitario que van a velar claramente por los intereses tanto profesionales como familiares.

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