El tiempo corría deprisa y descontaba segundos a gran velocidad. La vida de un pequeño de 18 meses pendía de un hilo. Sin embargo, el arduo y brillante trabajo de los profesionales de la salud ha logrado un hito pocas veces visto. Hablamos del traslado de un bebé de año y medio desde el Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla) hasta el Vall d’Hebron (Barcelona) conectado a un corazón y un pulmón artificial.
El traslado se ha producido con el objetivo de conseguir un trasplante que le permita permanecer con vida. Hasta entonces, la delicada situación se mantiene gracias a un soporte con membrana de oxigenación extracorpórea (ECMO). Este sistema permite a los profesionales sustituir los órganos del paciente y mantener la circulación de la sangre y la oxigenación adecuada del cuerpo.
¿Cómo se produjo el traslado con pulmón artificial?
El traslado tuvo lugar el pasado 24 de agosto. Todo comenzó en la UCI del Hospital Universitario Virgen del Rocío, desde donde partió en una UVI móvil atendida por cinco especialistas. Estos pertenecían al mismo hospital y al Centro de Emergencias (61), siempre en coordinación con la Guardia Civil.
Una vez en el aeropuerto, un avión medicalizado se hizo cargo de transportar a la pequeña y las máquinas que le mantenían con vida hasta Barcelona. Un trayecto de dos horas que fue monitorizado desde el mismo avión por los mismos profesionales. Las constantes vitales y el correcto funcionamiento del ECMO estuvieron vigilados hasta el aterrizaje en la Ciudad Condal.
Concluido el vuelo, tres unidades móviles del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) aguardaban en el aeropuerto para su traslado al Vall d’Hebron. En todo momento, el SEM se coordinó con la Central de Coordinación Sanitaria (CECOS) a través de la mesa de Interhospitalario y el pediatra de críticos.
Desde su llegada al hospital de Barcelona, referente en el trasplante de pulmón, el bebé espera ser valorado para un trasplante de pulmón.
Héroes de la sociedad
Durante pandemias, catástrofes naturales y otros eventos de gran envergadura, los médicos están en la primera línea, arriesgando sus propias vidas para cuidar de los demás. Esta valentía y dedicación merecen reconocimiento. Pero no podemos quedarnos ahí.
Aunque el reconocimiento y los aplausos llegan en momentos como los recién citados, la realidad es bien distinta. Nuestros profesionales de la medicina logran cada día acciones heroicas con sus pacientes. Situaciones que hace años parecerían una quimera, hoy día lo hacen posible.
Los médicos trabajan incansablemente para aliviar el sufrimiento humano y mejorar la calidad de vida de las personas que enfrentan enfermedades crónicas o graves. Desde nuestra posición, Uniteco nunca podrá hacer suficiente por recompensar todo el gran esfuerzo y trabajo que hacéis. No obstante, nos levantamos cada día pensando en vuestra protección, en cómo mejorar para compensar cuanto esté en nuestra mano vuestra labor hacia la sociedad, en regalarle al médico la tranquilidad diaria que necesita.
No hay comentarios
Todavía no hay ningún comentario en esta entrada.
Deja un comentario