Es de bien nacido el ser agradecido, por eso queremos comenzar esta publicación con nuestro más sincero agradecimiento a Wilhem Conrad Röntgen, nacido en la antigua Prusia en 1845, y creador de las radiografías o rayos X allá por 1895. Una foto muy especial, la cual traspasa la piel y puede retratar el estado de huesos, órganos, y otros tejidos del interior del cuerpo humano. Röntgen recibió el Premio Nobel de Física en 1901 por tal descubrimiento, ya que su aplicación en el mundo de la medicina ha sido crucial, siendo la radiología de tórax probablemente la prueba más solicitada, para todo tipo de pacientes, como técnica médica de diagnóstico.
En la lectura de las placas de tórax, podemos decir que cada maestrillo tiene su librillo, pero lo mejor es seguir un orden preestablecido, de tal manera que no nos olvidemos de ningún detalle o nivel de lectura. Quizá al principio sea complicado recordar el orden oportuno, y se haga difícil, pero una vez automatizado aseguramos que conllevará los mejores resultados. La radiología del tórax está a la orden del día, y una buena lectura de la misma conlleva un buen diagnóstico del paciente.
Conceptos y orden de lectura en radiología de tórax:
- Identificación del paciente: convencionalmente se sitúa en la esquina superior izquierda, lugar desde el que hay que comenzar a leer. Aquí me alegra compartir que periodismo y medicina confluyen en este punto ya que con los datos se pretende responder las 5 Ws que en inglés se refieren a quién, qué, cómo, cuándo y dónde. Es decir, nombre y fecha de nacimiento del paciente, fecha de la radiografía de tórax, lugar en el que se realizó…
- Visión general de la imagen: lo primero es analizar si la imagen cuenta con la calidad suficiente para realizar una lectura óptima. En caso negativo, debemos saber por qué, y solicitar los cambios necesarios para una segunda radiografía de tórax. La exposición de la imagen puede conllevar tonos más claros (imagen subexpuesta o blanda) u oscuros (imagen sobreexpuesta o dura). Con una imagen blanda será más complicado evaluar estructuras del mediastino y la columna dorsal. En cambio, con una imagen dura será difícil analizar áreas radiotransparentes. En este aspecto, son muy importantes: la posición/proyección, la inspiración y la exposición. Una buena práctica para obtener imágenes de calidad es contar con el paciente de pie, con inspiración profunda máxima (se deberían apreciar 6 arcos costales anteriores y 10 posteriores), y manteniendo una distancia con respecto al tubo de 1,8m. Cuando la condición del paciente no lo permite, se podrán realizar decúbito dorsal, y en este caso, el corazón aparecerá más horizontal, y con un diámetro transverso ligeramente superior.
- Anatomía radiológica normal: en esta parte, nos ha parecido muy interesante el truco mnemotécnico que se puede importar de médicos anglosajones. La regla ABCDE:
- A. Airways – Vías aéreas: tráquea.
- B. Breathing – Pulmones y pleura.
- C. Circulation – Silueta cardiovascular.
- D. Disability– Huesos.
- E. Everything else – Todo lo que no se mencionó antes.
- Semiología radiología: signos de posibles patologías, como puede ser la consolidación (área radiopaca en la imagen); atelectasia (pérdida de volumen pulmonar); neumotórax (aire en la cavidad pleural); efusión pleural (ocupación del espacio pleural por sangre por ejemplo); edema de pulmón (acumulación rápida de una cantidad excesiva de líquido en los alvéolos o los espacios intersticiales pulmonares).
Existe mucha información online sobre este tema, como siempre recomendamos lugares seguros y bien informados al respecto, como pueden ser la Clínica Mayo o el buscador Elsevier. Desde luego, deben ser meticulosos en la lectura de radiografías de tórax, pues si se complica la situación y el paciente empeora habiendo pasado algo por alto, puede conllevar demandas y juicios.
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