Las enfermedades cardiovasculares son las responsables del 30% de las muertes en nuestro país. Se estima que, cada año, fallecen 17 millones de personas en el mundo como resultado de padecer enfermedades cardíacas.
Sin embargo, lo cierto de todo ello es que se calcula que cerca del 80% de estos casos podrían haber sido evitados si se hubiese mantenido una alimentación adecuada, realizando actividad física de manera constante, descansando las horas recomendadas y evitando el consumo de tabaco y alcohol. Además, la escasez de vitamina D en el organismo puede llegar a aumentar las posibilidades de padecerlo, según un estudio realizado por la doctora Elina Hypponen.
Las enfermedades cardiovasculares son aquellas que repercuten, tanto en el ritmo continuo del corazón, como en el resto del organismo (riñones, miembros inferiores y cerebro). Las más frecuentes son el infarto de miocardio (se reduce el riego sanguíneo provocando la muerte del músculo cardíaco), y el accidente cardiovascular (hemorragia cerebral, trombosis o embolia), según las declaraciones de la Fundación Española del Corazón.
¿Cuáles son los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares?
El riesgo cardiovascular es la probabilidad que presenta un paciente de padecer una de estas enfermedades. Se conoce que el grado de dificultad, y trascendencia de la enfermedad, e irán en función de los factores de riesgo a los que esté expuesto el individuo:
- Factores de riesgo modificables:
- Colesterol alto.
- Tabaco.
- Diabetes.
- Hipertensión.
- Obesidad o sobrepeso.
- Estrés.
- Sedentarismo.
- Factores de riesgo no modificables:
- Edad: el riesgo aumenta a partir de los 45 años en hombres, y de los 55 años en mujeres.
- Historial familiar con antecedentes de enfermedad cardiovascular: ya sean padres, hermanos o hijos. Antes de los 55 años en el caso de varones, y de los 65 en mujeres.
¿Con qué recomendaciones hay que prevenir el riesgo cardiovascular?
Como ya sabéis, todos los consejos y aspectos de mejora están enfocados en lograr mejorar la calidad de vida y el día a día de los pacientes, con el objetivo de prevenirles de futuras enfermedades.
Por otro lado, según el Proyecto OPCAR realizado en España, los pacientes diabéticos presentan un mayor riesgo cardiovascular. En él participaron 1.420 profesionales de Atención Primaria y Cardiología, resultantes de todo el territorio nacional. Por consecuencia será fundamental incidir en que el paciente controle los factores de riesgo relacionados con su metabolismo, su tensión arterial, actividad física o tabaquismo.
- Evitar el sedentarismo: es tan necesario como recomendable realizar ejercicio físico adaptado a tu edad y condición física. Será fundamental hacer hincapié en practicar deporte, como mínimo, 3 ó 4 veces a la semana. Sin embargo, si no se está acostumbrado a realizarlo, el proceso de iniciación deberá ser propuesto de forma paulatina y constante.
- Dejar de fumar: para muchas personas no suele resultar fácil dejar de fumar, no obstante, es necesario para mantener una vida más larga y saludable. Existen varios métodos para ello, pero cada persona deberá encontrar el método que mejor le funcione y estar totalmente convencido.
- Cuidar los niveles de colesterol: los altos niveles de colesterol siguen siendo uno de los principales problemas de la sociedad. Por ello, será necesario incidir en hacer ejercicio con cierta frecuencia y mantener una alimentación adecuada: evitar las grasas, los excesos, las comidas rápidas…Está demostrado que las personas con altos niveles de colesterol en sangre, superiores a 240, cuentan con el doble de probabilidades de padecer un infarto de miocardio.
- Mantener el peso adecuado: la obesidad o el sobrepeso son factores de alto riesgo perjudiciales para otras enfermedades que puede desarrollar el organismo. Por ello, será fundamental mantener el peso del paciente acorde a la altura y edad, mientras se siguen todas las recomendaciones descritas anteriormente. Además, hoy en día todos estamos concienciados y sabemos qué alimentos son beneficiosos y perjudiciales para la salud.
- Controlar la tensión arterial: el consumo excesivo de sal de muchos alimentos colabora en el aumento de la tensión arterial. Investigadores de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), han elaborado estudios en los que el riesgo a padecer infartos de miocardio y de accidentes cerebrovasculares se relacionaban con el estrés. Éste aumenta la posibilidad de padecer estas enfermedades hasta un 30%. Por ello, realizar actividades que reduzcan los niveles de estrés diarios, como la meditación, favorecerán su reducción.
Del mismo modo en el que ya te contamos que los medicamentos defectuosos son un peligro para la salud, el riesgo cardiovascular también lo es. Afortunadamente, muchos factores de riesgo, que repercuten en aumentar el riesgo cardiovascular en cada paciente, son modificables y dependen tanto de las decisiones como de las nuevas formas de vida de las personas.
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