La saturación en las consultas de Atención Primaria se cobra sus víctimas. El perjuicio para los pacientes es evidente, pero las consecuencias para los médicos no son tan evidentes. El estrés en el trabajo está muy asociado a bajas laborales cuando ese síndrome es continuado.
Recientemente ha salido a la luz una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia que condena al Servicio Gallego de Salud (Sergas) a indemnizar con 15.000 euros a un pediatra de Ourense por exponerlo a una tensión permanente en su trabajo. Es la primera vez que se condena a un servicio autonómico de salud por la inacción y pasividad ante las reclamaciones laborales de uno de sus empleados. Según la sentencia el médico había manifestado en reiteradas ocasiones la necesidad de reducir su cupo de pacientes.
El doctor sufría de estrés laboral, que acabó derivando en una patología reactiva a ese estrés que lo tuvo 10 meses de baja. El alto tribunal gallego ha reprochado además que el Sergas incumpliera con su obligación de evaluar los riesgos inherentes al puesto de trabajo del pediatra. El propio médico llegó a ponerse en contacto con los servicios de prevención de riesgos laborales de la Consejería de Sanidad para que evaluaran su situación antes de que causara baja.
No existen datos oficiales sobre las causas de las bajas, pero la situación padecida por este médico no es nueva. Como muestra, un botón. A principios de 2019, una plataforma de defensa de la sanidad pública leonesa denunciaba la sobrecarga de las consultas y que, por este motivo, varios médicos se encontraban de baja por estrés laboral. Esto podría agravarse en los próximos años si no se reponen los médicos que se jubilarán en los próximos años: el 40 % de los que actualmente ejercen, según la OMC.
Por si esto no fuera suficiente, la falta de tiempo para atender a los pacientes puede provocar errores o retrasos diagnósticos que acaban en demandas contra los profesionales de la Atención Primaria.