Tipos de terapias asistidas con animales

Las terapias asistidas con animales, una cura alternativa

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¿Es el perro el mejor amigo del hombre? No necesariamente, pero su compañía se convierte cada día en una necesidad mayor. De hecho, son las terapias asistidas con animales las que se encuentran en una tendencia ascendente. Los principales, o más comunes, usos de las mascotas, sobre todo perros, en terapias son los destinados a  afrontar enfermedades cardíacas, el cáncer y trastornos mentales.

Si bien la compañía de un animal no es la cura de ninguna enfermedad, ayuda a sobrellevarla de la mejor manera. También es por todos conocido que las estancias largas en hospitales se pueden hacer muy pesadas para los pacientes y muchas veces la desesperación se apodera de ellos. Poniéndonos en situación, tenemos un paciente ingresado en un hospital y le hacemos llegar la posibilidad de una terapia con animales.

En el caso de aceptar la propuesta, el encargado del hospital acude a la habitación del paciente, donde coinciden el can y el enfermo. Allí, el paciente podrá acercarse al animal y jugar con él. Pasados 10 o 15 minutos, el perro y el personal del hospital abandonarán la habitación. Tras este tiempo, el paciente recuperará la sonrisa y esperará con ansia la próxima visita de su nuevo “amigo”. Esta es una forma de mejorar la felicidad y la esperanza de los pacientes en el hospital.

Tipos de terapias asistidas con animales

En la actualidad, son tres las terapias asistidas con animales que diferenciamos, según la finalidad que tengan.

  • Terapias asistidas con animales (TAA): son prácticas planificadas, pensadas y ejecutadas por profesionales, tanto de la salud como educadores. Los objetivos finales son la mejora en áreas como la motora, emocional, cognitiva o relacional del paciente. Al igual que otras terapias, las TAA son planes que se piensan a largo plazo. Por lo tanto, la evaluación necesita de un periodo de tiempo suficiente como para ver y comprobar los resultados.
  • Actividades asistidas con animales (AAA): la intención de las AAA no tienen una finalidad terapéutica como las anteriores. Sin embargo, sí las pueden complementar. En estos casos, las actividades no las ejecutan médicos, ya que la finalidad es mejorar el ánimo y motivación del paciente. Normalmente, se ponen en práctica ante enfermedades largas y que puedan hacer al paciente perder la esperanza.          
  • Educación asistida con animales (EAA): podrían enmarcarse dentro de las TAA; pero, en este caso, en el ámbito de la educación. Las actividades, que sí se realizan de la mano de profesionales, también deben tener una planificación, seguimiento y comprobación de los resultados obtenidos. Un ejemplo para desarrollar una EAA sería el aprendizaje en la gestión del estrés.
Las terapias asistidas con animales, una tendencia al alza

El uso de perros para la detección de enfermedades

Otro de los usos de los perros en medicina es la detección de enfermedades. Esto es así gracias a las 250 millones de células olfativas que tienen estos animales de cuatro patas. A modo de comparativa, una persona ronda los cinco millones, unas 50 veces menos. Aunque no es innato, el animal necesita un adiestramiento, de forma que sepa diferenciar los olores de la persona enferma.

Durante la pandemia, los perros han demostrado saber diferenciar las pruebas extraídas de humanos con Covid-19 de aquellos que estaban sanos, demostrando esa capacidad para diferenciar el olor de uno y otro.

Por otro lado, un estudio de Science Daily demostró que el can tiene un porcentaje de acierto del 97% en la detección del cáncer con una muestra de sangre. De igual manera, la Asociación Americana de Diabetes afirma que los perros pueden detectar cuando una persona con esta dolencia tiene los niveles de azúcar fuera del rango óptimo. No obstante, estos animales de compañía deben ser previamente entrenados para esta misión, al mismo tiempo que haber aprendido una forma de avisárselo a su dueño.

Definitivamente, no sabemos si el perro es el mejor amigo del hombre o no. Lo que sí podemos asegurar, en base a lo expuesto, es que la utilidad de los perros en medicina puede ser muy alta y de provecho, siempre y cuando estos animales sean adecuadamente entrenados para cumplir esta función.

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