
¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor generalizado, fatiga y rigidez en las articulaciones, entre otros. Las personas que padecen esta enfermedad pueden ser más sensibles al dolor que aquéllas que no la tienen. Esto se conoce como percepción anormal del dolor. No obstante, los pacientes destacan de la fibromialgia el dolor generalizado, fundamentalmente, en el aparato locomotor.
Hay que tener en cuenta que cualquier manifestación clínica que presente el paciente debe considerarse como parte del diagnóstico de fibromialgia, y no como enfermedades diferentes.
Aunque no se puede determinar un paciente tipo, ya que cualquier persona puede padecer fibromialgia, es verdad que es más común en:
- Mujeres: las mujeres tienen el doble de probabilidades de tener esta enfermedad.
- Personas en edad mediana.
- Personas con enfermedades reumatológicas como lupus, artritis reumatoide y espondilitis anquilosante.
- Personas con algún familiar que tenga fibromialgia.
¿Qué partes del cuerpo duelen por la fibromialgia?
No se puede establecer una parte concreta, ya que afecta a todas las estructuras del aparato locomotor, es decir, músculos, articulaciones, columna vertebral, tendones, ligamentos y huesos. Por ello, esta dolencia debe de ser tratada por un reumatólogo, ya que es el especialista que mejor conoce la enfermedad y es la persona que mejor diagnóstico va a realizar.
No obstante, una vez la enfermedad sea diagnosticad, su seguimiento se puede hacer desde atención primaria. La atención es más ágil y el enfermo puede ser atendido con mayor rapidez cuando surjan dudas sobre el tratamiento, aparición de nuevos síntomas, efectos secundarios de la medicación, etc. Aunque, aquellos pacientes más graves o que no responden al tratamiento, pueden precisar de una nueva valoración por el reumatólogo hasta poder encauzar la enfermedad.

¿Cómo se trata la fibromialgia?
La enfermedad no tiene curación definitiva, es crónica. El objetivo del tratamiento es mejorar el dolor y tratar los síntomas evitando el deterioro del paciente, para obtener una mayor calidad de vida. Es fundamental conocer la naturaleza de la enfermedad, saber cuáles son los factores causantes de los brotes y qué medidas fomentan un mejor tratamiento de la enfermedad. En definitiva, el dolor generalizado de la fibromialgia se trata con una combinación de terapias que incluyen medicamentos, hábitos de vida, terapias conversacionales y tratamientos complementarios:
- Tratamiento de las alteraciones psicológicas asociadas a la enfermedad (depresión y ansiedad).
- Ejercicio suave diario.
- Fomentar un sueño reparador, con una cama adecuada, una almohada baja, evitar la toma de sustancias y bebidas estimulantes, las temperaturas extremas, los ruidos y las luces.
- Tener una dieta saludable.
- Aprender a manejar el estrés.
- Los analgésicos reducen parcialmente el dolor, pero sólo se deben de tomar bajo prescripción médica.
- Relajantes musculares, siempre se deben de tomar en tandas cortas, y algunos antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina, solamente si un médico se lo indica.
- Terapia conversacional: la terapia cognitiva conductual puede ayudarle a aprender estrategias para lidiar con el dolor, el estrés y los pensamientos negativos que en ocasiones conlleva.
- Terapias complementarias: tratamientos como masajes terapéuticos, terapias del movimiento, quiropráctica, acupuntura.
En definitiva, la fibromialgia no tiene un tratamiento concreto ni una cura definitiva. Por ello, el paciente debe aprender a convivir con la enfermedad llevando hábitos saludables y tomando medidas que la controlen, y que eviten la aparición de brotes que lastren la calidad de vida del paciente y, en el caso de que aparezcan estos brotes, saber llevarlos de la mejor manera, con la mayor calma posible, para no acrecentar los síntomas.
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